El desvío de 650 millones de pesos en participaciones federales que debieron ser destinados a los municipios de Coahuila, es una prueba más de la opacidad y la falta de transparencia del régimen autoritario de los Moreira. Este se agrega a la larga lista de anomalías perpetuados por los hermanos Moreira: la mega deuda, las empresas fantasmas, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, encubrimiento, cohecho, fraude, peculado entre otros.
Los municipios y el estado de Coahuila se han visto profundamente afectados, son millones de pesos que serían destinados para mejorar las necesidades básicas como el combate a la pobreza o servicios públicos. Y está claro además que los ediles tricolores no mencionaron nada con tal de quedar bien con su patrón.
Lo más preocupante de todo es que Miguel Riquelme representa la continuidad de los gobiernos Moreiristas y fue precisamente escogido para ser tapadera de todos los atropellos que se han dado durante estos 12 años.
Así que no es la primera vez que queda demostrado el poco interés del PRI y su mafia para que los recursos públicos sean utilizados para generar bienestar, por el contrario, son usados para financiar elecciones y perpetuarse en el poder.
Esto no lo podemos permitir, fiscalizaremos y vigilaremos que todos los recursos lleguen a su destino y sean utilizados para lo que son, en beneficio de los Coahuilenses y no para fines electorales y proyectos personales de unos cuantos como han acostumbrado los Moreira. Coahuila tiene que cambiar, lo haremos cambiar y los Moreira tendrán que pagar. La auditoría superior de la federación debe abrir una investigación de oficio, por lo menos a los cuatro últimos ejercios fiscales, para determinar montos y responsabilidades.
No sabemos si esta misma práctica se ha realizado durante todo el moreirato, y de ser así, de cuantos cientos o miles de millones de pesos estaríamos hablando. Sumados los 38 municipios.