La pasada reforma a Ley Orgánica del Congreso es golpista e ilegal, al más puro estilo del Moreirato y por lo que se aprecia Miguel Riquelme seguirá con la tradición. El PRI busca desesperadamente un recoveco en la ley para mantener un control ficticio en el congreso y me refiero a ficticio porque hoy la mayoría en el Pleno somos los partidos de oposición.
Mediante una falta de exposición de motivos y carente de justificación alguna pretenden negarle a esta oposición la posibilidad real, democrática y justa de tener la posibilidad de crear una coalición parlamentaria, es decir, la creación de un grupo parlamentario con diferentes partidos pero con un mismo fin.
Pero esto no es lo más grave, existieron en el proceso violaciones constitucionales al determinar que para futuras modificaciones a la ley orgánica se necesita el voto de las dos terceras partes de los diputados lo cual es anticonstitucional e ilógico ya que la constitución no contempla a la ley orgánica dentro de este rubro. Fueron tan desaseados en su forma de operar que no reformaron el artículo 62 bis de la constitución del estado de Coahuila. Además de que se violó el procedimiento parlamentario que establece que el dictamen debió haber sido entregado a los diputados con 24 horas de anticipación.
Por las características de estas violaciones agotaremos los recursos necesarios para impugnar esta reforma mediante un juicio de amparo o una acción de inconstitucionalidad. Es así como el PRI de siempre de manera gandalla nos da un claro mensaje de intolerancia anti-democracia e imposición.