La salida de Josefa González Blanco de la SEMARNAT, bajo pretexto de retrasar un vuelo comercial, justifica al gobierno federal los primeros seis meses de inacción en pro del Medio Ambiente, consideró la Diputada Federal Silvia Garza, de Acción Nacional

Desde su llegada a la SEMARNAT, la Licenciada Josefa González Blanco Ortiz Mena fue cuestionada por su nula experiencia en la administración pública federal y sus capacidades técnicas para dirigir a la instancia encargada de la protección y cuidado de los recursos naturales de México.

La invisibilidad de SEMARNAT y las dependencias que conforman el sector ambiental (CONAFOR, PROFEPA, ASEA, CONAGUA, CONANP, IMTA, INECC) ha sido más que evidente. En el caso de los tres proyectos prioritarios del gobierno federal Refinería Dos Bocas, Tren Maya y Aeropuerto de Santa Lucía, la SEMARNAT no ha jugado el papel que corresponde a esta dependencia poniendo en su justa dimensión los aspectos ambientales en esos proyectos.

La diputada federal consideró que el gobierno de la república no ha tomado en cuenta los acuerdos internacionales, es tal la inacción que dejaron fuera las leyes y proyectos existentes en México para transitar a una economía dependiente de los combustibles fósiles o una economía verde basada en la generación, el uso y promoción de energías limpias y renovables.

La supuesta conciencia de González Blanco sobre la importancia de los recursos naturales y su contacto con los pueblos originarios no se han visto reflejados en la defensa de la biodiversidad de la península de Yucatán y en particular en la protección de la Reserva de la Biosfera de Calakmul cuando se trata el tema del tren maya.

Por tal razón, la renuncia de Josefa González Blanco, más allá de las causas que la motivaron, representa una oportunidad para corregir el rumbo en materia ambiental.

Es sabido que enfrentamos un desastre ambiental provocado por el propio gobierno federal al haber recortado el presupuesto del sector en mas del 30%, desmantelar gradualmente las instituciones, y dar prioridad a la construcción de obras sin los permisos ambientales correspondientes.

La persona en quien recaiga la titularidad de la SEMARNAT deberá contar con el perfil adecuado para anteponer la defensa del medio ambiente sobre cualquier intento de imponer la voluntad presidencial en proyectos de infraestructura citados.

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